Secado a fondo de harina / almidón
Por secado a fondo de la harina o el almidón, hacemos referencia a un secado más profundo para obtener un producto con un periodo de conservación estable. Al eliminar más agua y conseguir un producto muy seco, se modifica la estructura celular y con ello la funcionalidad del producto. Ello abre toda una nueva gama de posibilidades y de aplicaciones.

Harina
El proceso de secado a fondo exige la aplicación precisa del calor aportado para evacuar el agua capturada en la estructura de la célula, sin sobrecalentar el producto. Como resultado, debido a la modificación de la estructura celular, el proceso es irreversible. El producto final se disuelve más fácilmente en agua fría. Ejemplos de aplicaciones son salsas y sopas instantáneas.
Almidón
De manera similar al secado de la harina, el almidón también puede ser secado a fondo. Ambos procesos guardan bastante similitud. El tratamiento térmico de la harina no implica ninguna modificación química o enzimática previa. Para el almidón, es común la modificación previa al secado a fondo.
Aparte de ello, el secado a fondo del almidón químicamente modificado es el primer paso térmico en el proceso de dextrinización. Lea más acerca del proceso de dextrinización en nuestra página web Dextrina.
ACTIVIDAD ACUOSA
La mayoría de harinas y almidones son denominados productos semiperecederos. Aun así, requieren del secado para prolongar su conservación. Al deshidratar los productos, la cantidad de agua ‘libre’ presente en la célula se reduce hasta el punto en que inhibe la proliferación de ciertos organismos, como bacterias, hongos y mohos. En el caso de almidones y harinas, ese punto es aproximadamente un 11-13% de la humedad final del producto. Algunos productos, como la fécula de patata, permiten una mayor humedad residual a fin de conseguir suficiente estabilidad para su almacenamiento.